sábado, 27 de septiembre de 2014

Beneficios inesperados del cigarrillo

Bueno referente a este artículo como fumador que fuí puedo decir mi modesta opinión, muchas veces ví personas de avanzada edad fumando y como si nada,gente de más de 35 años fumando y sin problema alguno, partícularmente agregaría quizás que el cigarrillo calma la ansiedad.

En mi caso ví siempre una mayor capacidad pulmonar, y un efecto de sosiego cuando fumaba, referente al efecto sobre si engordamos o no diría que la eliminicación de toxinas contribuye a mantener un poco nuestro peso, en mi caso nunca perdí el apetito, ni dejé de comer bien, pero si noté que el peso se regulaba y mantenia uno la misma figura, pero no podría decir con certeza si era a causa de esto, en todo caso acá dejo el artículo a consideración de sus propios criterios, más que nada la idea es dar a conocer otras perspectivas, y cada quien que saque sus propias conclusiones.

Artículo

Fumar reduce el riesgo de sufrir Parkinson

Existe una relación ampliamente demostrada entre el consumo de tabaco y la enfermedad de Parkinson : cuanto más ha fumado un anciano menos probable es que desarrolle esa enfermedad degenerativa. 

Un estudio realizado por Europarkinson en los 90 puso de manifiesta la asociación inversa entre ambos factores en personas jóvenes. 

El último estudio, publicado por la revista Neurology en 2010, confirmaba el efecto protector del tabaco entre los fumadores: es el número de años que se ha sido fumador y no el número de cigarrillos fumados, lo que determina la menor incidencia del Parkinson.

Entre los mecanismos que se activan en el cuerpo cuando fumamos parecen estar la “desactivación de radicales libres y la potenciación la neutralización del daño oxidativo celular”, según se lee un artículo de varios neurólogos del Servicio Navarro de Salud.

Fumar reduce el riesgo de obesidad

La viñeta del esqueleto con la leyenda “fumar adelgaza” es un todo un clásico. 

Pero resulta que entre los vivos también funciona : fumar tabaco es un eficaz supresor del apetito, como bien sabían los indios en la América precolombina y las compañías tabaqueras, que en los años 20 promocionaron los cigarrillos como un método adelgazante para las mujeres.

También lo saben bien los fumadores, cuyo segundo principal motivo para seguir fumando (después de la adicción) es el temor a engordar. 

La relación entre el tabaco y el control de peso es compleja, explica Christopher Wanjek, en Live Science,

“La nicotina actúa como estimulante y como supresor del apetito; el acto de fumar modifica el comportamiento del fumador, impeliéndole a picotear menos. 

Fumar también hace que la comida sea menos sabrosa para algunos fumadores, reduciendo asimismo el apetito”.

La Universidad de Yale estudia cómo producir medicamentos que aprovechen los receptores de la nicotina en el cerebro para ayudar a controlar el apetito. 

Pero hay un “plan B” para los fumadores: al dejar de fumar aumenta la capacidad pulmonar y física, así que es más fácil eliminar esos kilos de más.

Fumar reduce el riesgo de lesiones en las rodillas

Un sorprendente estudio de la Universidad de Adelaida recién hecho público demuestra que los no fumadores tienen un riesgo mucho más alto de requerir en algún momento una operación de reemplazamiento total de rodilla que los fumadores.

Hemos dicho “sorprendente” pero tal vez no lo sea tanto: los fumadores son menos dados a hacer footing que los no fumadores y al ser éste el primer factor de riesgo en las operaciones de rodilla los primeros salen indemnes. 

Pero el factor protector de tabaco en este caso va más allá de unos pulmones exhaustos: los investigadores concluyeron que la nicotina del tabaco previene el desgaste del cartílago.

Fumar reduce el riesgo de ciertos ataques al corazón

Los fumadores que han sufrido ataques al corazón acostumbran a tener unas tasas de mortalidad menores que los no fumadores, así como a responder mejor a las terapias para eliminar la placa de las arterias.

Pero esta supuesta beneficio también tiene “truco”. 

En realidad, es el propio tabaco el que provoca las pequeñas cicatrices en la cara interna de las arterias que acaban siendo cubiertas por la placa y, finalmente, provocan su estrechamiento y los ataques al corazón. 

En realidad, los fumadores responden mejor a las terapias post-infarto porque son, de media, diez años más jóvenes que los infartados no fumadores.

Sin embargo, un estudio publicado por American Heart Journal en agosto de 2005 sostiene que la edad no justifica enteramente los distintos rangos de supervivencia de unos y otros, y hace referencia a “la paradoja de los fumadores”.

Fumar potencia los efectos de los medicamentos coronarios

El clopidogrel es un medicamento que inhibe la formación de coágulos en la sangre, previendo las enfermedades coronarias. 

Por algún motivo, fumar ayuda a que el clopidogrel sea más eficiente.

Un estudio realizado por investigadores coreanos en 2010 demostró los beneficios de fumar al menos diez cigarrillos diarios respecto a este particular. 

Parece ser que fumar activa unas proteínas llamadas citocromos, esenciales en el transporte de energía entre las células.

Evidentemente, ningún médico en su sano juicio recomendará empezar a fumar para facilitar la acción del clopidogrel, ni para evitar lesiones en las rodillas, ni siquiera para adelgazar, pero que quede constancia de que beneficios de salud, haberlos, haylos.

Christopher Wanjek es el autor de “Bad Medicine”. 

Artículo original en Live Science.

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