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miércoles, 23 de febrero de 2011

Riesgos del fumador

La persona que fuma corre el riesgo de contraer enfisema pulmonar, cáncer del pulmón y otros problemas serios de salud.
El humo que reciben quienes no fuman, contribuye a que se puedan contraer estas enfermedades, especialmente en los niños.
El fumar cigarrillos es la causa principal de muertes evitables en EE.UU.
Como promedio, la gente que fuma muere de 5 a 8 años antes que la que no fuma.
Los que usan tabaco, y las personas que viven con los fumadores, presentan casi en todos los casos, cáncer del pulmón.
Su riesgo de desarrollar cáncer de la garganta, boca, esófago, páncreas, riñón, vejiga y del cuello del útero es varias veces mayor que entre las personas que no están regularmente expuestas al humo del tabaco.
El fumar es la causa principal de enfisema, una enfermedad pulmonar debilitante que destruye lentamente la habilidad de una persona de respirar normalmente.
El hábito de fumar es especialmente peligroso para personas con:
enfermedad cardíaca, enfermedad de los vasos sanguíneos, diabetes, presión arterial alta, concentraciones altas de colesterol, historia familiar de estas enfermedades.
El fumar también aumenta el riesgo de apoplejía. Las mujeres, especialmente las mayores de 35 años que toman píldoras de control de la natalidad y fuman, presentan un riesgo mayor de apoplejía o infartos.
El aumento de la presión arterial es otro peligro del fumar.
El hábito de fumar también reduce las concentraciones del HDL, o "colesterol bueno".
Los fumadores y las personas que viven con ellos presentan de dos a tres veces la probabilidad de sufrir de úlceras pépticas.
Los fumadores también presentan un riesgo mayor de lo normal de sufrir fracturas de caderas, muñecas y vertebrales (espina dorsal).
Además, el fumar complica los trastornos del sueño.
Los fumadores también tienden a contraer resfriados y otras infecciones respiratorias con más frecuencia que los que no fuman.
El humo del tabaco es peligroso para los que no fuman.
La exposición al humo, también llamada fumar pasivamente, aumenta los riesgos de los que no fuman de tener los mismos problemas que los fumadores.
Una persona que no fuma, que permanezca en una habitación con mucho humo por una hora, con varios fumadores, inhala tantos agentes químicos malos como los que inhalaría si fumase en realidad 10 o más cigarrillos.
Un estudio demostró que la tasa de cáncer de pulmón entre las mujeres no fumadoras dependía de la cantidad de cigarros, puros o pipas que fumaban sus esposos.
El fumar afecta a la mujer embarazada y a sus niños por nacer.
Las madres que fuman presentan un riesgo mayor de aborto espontáneo y de nacimiento de niños muertos.
Los niños de madres que fuman presentan, como promedio, pesos menores al nacer.
También presentan infecciones respiratorias más frecuentes, un riesgo mayor de infecciones crónicas de los oídos y de asma, y una función pulmonar menos eficiente. 

Las investigaciones recientes sugieren una vinculación posible entre el hábito materno de fumar y el trastorno de déficit de la atención (hiperactividad) en los niños.
También se sigue investigando la posibilidad de que la exposición al humo de cigarrillos pueda ser un factor en el síndrome de muerte infantil súbita (en inglés, SIDS).
Los niños de fumadores normalmente también desarrollan el hábito de fumar cigarrillos.
Cuanto mayor sea el número de cigarrillos que una persona fuma diariamente, tanto mayor será el riesgo de enfermedad.
El pasar de los cigarrillos a una pipa o puros puede no reducir el riesgo de enfermedad si el fumador continúa inhalando el humo.
Los fumadores de puros y pipas presentan el mismo riesgo de contraer cáncer de la boca, labios, laringe y esófago que los que fuman cigarrillos.
Afortunadamente, cuando un fumador deja de fumar, muchos de estos riesgos disminuyen.


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